Parque Lezama

Situado en el extremo sudeste del barrio porteño de San Telmo, este tradicional parque de la ciudad de Buenos Aires se caracteriza por su frondosa vegetación, sus bordes tan diferentes entre sí, las diversas situaciones en su recorrido y, especialmente, por su pronunciada barranca, evidenciando la antigua llegada de las aguas del Río de la Plata, ubicadas hoy, aproximadamente a un kilómetro.

En la esquina de las calles Defensa y Brasil, donde confluyen varios bares tradicionales, se levanta el monumento a Pedro de Mendoza, por tratarse del lugar dónde supuestamente, dado que no hay total certeza, se produjo la primera fundación de la ciudad, en 1536.

Recorriendo el camino de las tipas, las cuales nos cobijan formando un techo verde, se encuentra el anfiteatro, en el sitio donde  cien años atrás existía un lago artificial. Frente a él, sobre la avenida Brasil, se encuentra la singular Iglesia Ortodoxa Rusa de la Santísima Trinidad, obra realizada por el arquitecto Alejandro Christophersen, aunque el proyecto original fue realizado en San Petersburgo por el arquitecto ruso Mijail Preobrazensky.

              

Volviendo a la calle Defensa, y llegando al Museo Histórico, nace la avenida Caseros, y en su primer tramo se observa un extraordinario edificio de viviendas colectivas que ocupa toda la cuadra, obra del arq. Cristian Schindler.

Dentro del área del parque se levanta el Museo Histórico Nacional, en el edificio que fuera la mansión del terrateniente José Lezama, antiguo propietario de todo el predio hasta que luego de su muerte, su viuda lo vendiera por un precio simbólico a la ciudad, con la condición que se transformara en un parque público.

En el patio de acceso al Museo, se encuentran algunas de las antiguas campanas de la ciudad, como así también cañones y otras piezas históricas, además de los dos leones que flanquean la reja que conduce al sendero de los "copones".

Una vez superada la reja de los leones, y caminando por el sendero de los copones, a poco de su inicio se encuentra la escultura obsequiada por el Reino de Italia, en 1910, de la loba capitolina amamantando a Rómulo y Remo. Y un poco más adelante, entre la vegetación se desscubre un templete greco-romano, que aloja la imagen de Diana Fugitiva, y custodiada por las esculturas alegóricas de La Vid, El Invierno, La Primavera y Palas Atenea.

Llegando a la barranca, se observa hacia el lado opuesto de la avenida Paseo Colón, el Mural Escenográfico, situado ya en el barrio de La Boca, realizado con material recuperado, y que ilustra personajes e imágenes relacionadas con la tradición boquense.

Volviendo al parque, en la parte inferior de la barranca, se extienden los puestos de la feria artesanal.

Sobre la avenida Martín García se destaca el Monumento a la Cordialidad Internacional, regalo de la República del Uruguay, y que lamentablemente fue notoriamente vandalizado, al igual que otros monumentos  e instalaciones del parque. Frente a él, la sede de la antigua fábrica de bizcochos Canale.